Relax

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domingo, 31 de enero de 2010

Autoestima
















La autoestima es uno de los pilares fundamentales de la persona. En ocasiones la vida nos muestra su cara más árida y descarnada, nos somete a situaciones de gran complejidad que amenazan con dañar nuestra imagen y la percepción que tenemos de nosotros mismos. Esto muchas veces motiva una fractura en nuestro interior que hace que nos cueste mucho levantarnos. En tal sentido y como muestra de lo importante que es el no olvidar nuestra autentica valía, debemos buscar porque siempre habrá alguien que nos ayude y que nos recuerdo lo importante que somos, cada uno en su lugar y tiempo. He aquí una historia muy ilustrativa en el sentido dicho.

"Alfredo, con el rostro abatido de pesar se reúne con su amiga Marisa en un bar a tomar un café.
Deprimido descargó en ella sus angustias...que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación...todo parecía estar mal en su vida.

Marisa introdujo la mano en su cartera, sacó un billete de 50 dólares y le dijo:
- Alfredo, quieres este billete ?
Alfredo, un poco confundido al principio, inmediatamente le dijo:
- Claro Marisa...son 50 dólares, quién no los querría ?
Entonces Marisa tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo un pequeño bollo. Mostrando la estrujada pelotita verde a Alfredo volvió a preguntarle:
- Y ahora igual lo quieres ?
- Marisa, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 50 dólares, claro que los tomaré si me lo entregas.
Entonces Marisa desdobló el arrugado billete, lo tiró al piso y lo restregó con su pie en el suelo, levantándolo luego sucio y marcado.
- Lo sigues queriendo ?
- Mira Marisa, sigo sin entender que pretendes, pero ese es un billete de 50 dólares y mientras no lo rompas conserva su valor...

- Entonces Alfredo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, SIGUES siendo tan valioso como siempre lo hayas sido...lo que debes preguntarte es CUANTO VALES en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.
Alfredo se quedó mirando a Marisa sin decir palabra alguna mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro.
Marisa puso el arrugado billete de su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó:
- Toma, guárdalo para que te recuerdes de esto cuando te sientas mal...pero me debes un billete NUEVO de 50 dólares para poder usar con el próximo amigo que lo necesite !!"

Cuántas veces dudamos de nuestro propio valor, de que realmente MERECEMOS MAS y que PODEMOS CONSEGUIRLO si nos lo proponemos ? Claro que el mero propósito no alcanza...se requiere de la ACCIÓN para lograr los beneficios. Yo sé que se puede y que existen innumerables caminos para conseguirlo.

sábado, 30 de enero de 2010

La riqueza

Es muy extendida la creencia de que la riqueza da la felicidad. Yo particularmente no estoy del todo conforme con esta afirmación. Es cierto que la riqueza, bajo determinado prisma, puede facilitar el llevar una vida desahogada y placentera, con lujos y caprichos... pero es esta felicidad. Desde un punto de vista materialista evidentemente si, pero si nos fijamos en una visión más espiritual evidentemente no es suficiente, y no solo no es suficiente si no que en ocasiones las posesiones materiales hacen que nos olvidemos de aspectos realmente importantes y fundamentales. El apego en ocasiones es una pesada losa que nos proporciona placer pero nos aisla de los demás, hace que nos volvamos egocéntricos y que solo nos veamos a nosotros mismos.

"Se cuenta que una vez un hombre muy rico fue a pedirle un consejo a un rabino.

El rabino lo tomó de la mano, lo acercó a la ventana y le dijo:


- Mira.

El rico miró por la ventana a la calle.El rabino le preguntó:

- ¿Qué ves?.

El hombre le respondió:

- Veo gente.

El rabino volvió a tomarlo de la mano y lo llevó ante un espejo y le dijo:

- ¿Qué ves ahora?.

El rico le respondió:

-"Ahora me veo yo".

-"¿Entiendes?, dijo el rabino.En la ventana hay vidrio y en el espejo hay vidrio. Pero el vidrio del espejo tiene un poco de plata. Y cuando hay un poco de plata uno deja de ver gente y comienza a verse solo a sí mismo".


Si tenemos la suerte de poseer bienes materiales y podemos disfrutar de ellos, estupendo. Estamos en el derecho y deber de gozar de los mismos. Pero ojo, esto no debe ofuscarnos y volvernos ciegos a las demás cuestiones fundamentales que tiene la vida y que en definitiva nos van a proporcionar la verdadera felicidad

viernes, 29 de enero de 2010

Apariencias

"Dos Ángeles de viaje se detuvieron para pasar la noche en la casa de una familia adinerada.

La familia era ruda y le negó a los ángeles quedarse en el cuarto de huéspedes de la mansión, en cambio les dieron un espacio pequeño en el sótano frío.

Cuando ellos hicieron su cama en el suelo duro, el ángel más viejo vio un agujero en la pared y lo reparó. La noche siguiente el par de ángeles fue a descansar en la casa de un pobre granjero muy hospitalario y su esposa; después de compartir la humilde comida, la pareja de granjeros le cedió
su cuarto a los ángeles para que puedan descansar bien.

Cuando el sol surgió a la mañana siguiente los ángeles encontraron al granjero y su esposa llorando. Su única vaca, cuya leche había sido su sólo ingreso, yacía en el campo. El ángel más joven se asombró y le preguntó al más viejo cómo pudo permitir que esto ocurriese.....

-El primer hombre tenía todo, y todavía tu lo ayudaste... La segunda familia tenía muy poco y estaba dispuesta a compartir todo... ¡Y tú permitiste que la vaca se les muriese...!

-Las cosas no son siempre lo que parecen, contestó el más viejo. Cuando nosotros nos quedamos en el sótano de la mansión, noté por el agujero de la pared que había muchos sacos de oro en la habitación vecina. Como el dueño se obsesionó con su avaricia y no era capaz de compartir su fortuna, yo le sellé la pared para que nunca más los vuelvan a encontrar.

- Y anoche, cuando nos fuimos a dormir a la cama de los granjeros, vino el ángel de la muerte para llevarse a su esposa, yo le di en cambio la vaca....Las cosas no siempre son como parecen."



A veces esto es exactamente lo que pasa, todo en la vida tiene su porqué; a veces nos cuesta encontrarlo y otras veces le damos la espalda. Nada, en definitiva, es aleatorio... siempre hay una razón, en ocasiones evidente y en otras oculta.



jueves, 28 de enero de 2010

LA SUERTE








Cuantas veces situaciones que nos parecen catastróficas en un principio, con el paso del tiempo nos ha supuesto un aprendizaje y nos han ayudado a crecer. Las cosas no son ni buenas ni malas, solamente son. El tiempo y las circunstancias serán lo que acaben decidiendo que nos beneficia y que nos perjudica.

"Una historia china habla de un anciano labrador que tenia un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano se acercaban para condolerse con el y lamentar su desgracia, el anciano les repitió: ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?.
Una semana después, el caballo volvió con una manada de caballos salvajes. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió: ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?
Cuando el hijo del labrador intento domar uno de aquellos caballos salvajes, cayo y se rompió una pierna. Todo el mundo considero esto como una desgracia. No así el labrador se limito a decir: ¿Mala suerte? ¿Buena Suerte? ¿Quién sabe?
Unas semanas mas tarde, el ejercito entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota, lo dejaron tranquilo. Había sido ¿Buena suerte? ¿Mala buerte? ¿Quien sabe?"

Todo lo que a primera vista parece un contratiempo puede ser un disfraz del bien. Y lo que parece bueno a primera vista puede ser dañino. Así pues sería una postura sabia que dejemos que el tiempo nos desvele lo que fue

 buena suerte y mala.

miércoles, 27 de enero de 2010

NUESTRO TIEMPO





El transcurrir del tiempo es inexorable. Siempre estamos pensando en el mañana, sin darnos cuenta de que lo que realmente tenemos es el presente. No se puede dejar nuestra vida para mañana, pues de alguna manera, nuestra vida comienza ahora y.... también termina ahora. La vida no es sino un fogonazo en la oscuridad. Hemos de vivir el momento, por que mañana.... ¿habrá mañana?

Mark habia nacido con una gravisima enfermedad del sistema inmunitario. Un sindrome de deficiencia en las defensas, que una caprichosa alteracion genetica le habia asignado para siempre. Los niños nacidos con esta grave anomalia,que por suerte es muy poco frecuente, tienen muy pocas posibilidades de sobrevivir, o por lo menos las tenian cuando Mark llego al mundo. Dada su incapacidad para generar anticuerpos, cualquier infeccion, por banal que fuera para un individuo normal, podia terminar con su vida en pocas semanas. Su unica alternativa era que se construyera a su alrededor un campo aseptico donde Mark pudiera vivir, a la espera de que la ciencia descubriese una solucion diferente a su problema inmunitario. Una pelicula filmada en los setenta mostraba el drama de un jovencisimo Jonh Travolta que representaba a un niño nacido con esta anomalia.La pelicula se llamaba El muchacho de la burbuja de plastico.

Hijo de un obsesivo y trabajador medico rural y de una maestra, Mark tuvo la oportunidad de sobrevivir a su primera infancia gracias al esfuerzo economico de sus padres, gracias a su propio temple y, sobre todo gracias a la dedicacion casi exclusiva de su madre. Viviendo en un dormitorio y un escritorio con un cuarto de baño entre ambos y aislado del resto de la casa y del mundo por enormes y hermeticamente selladas cortinas de plastico, se paso los primeros veinte años de su vida recibiendo contadas visitas en su espacio privado y protegido. Para evitar ingresar germenes que serian potenciales amenazas para la vida de Mark, nadie podia entrar en su perimetro sin lavarse las manos con antiseptico y utilizar ropa esteril: traje de cirujano,botas y barbijo. Durante esos veinte años, Mark habia aprendido todo lo que sabia de las clases rigurosas y metodicas que le habia dado su madre, de las conversaciones profundas y comprometidas con su madre, de algunos pocos libros que llegaban a sus manos (nuevos,limpios y esterilizados) y de lo poco que veia en la television. Fuera de eso, su unico contacto eran las cartas, fotos y algunas conversaciones telefonicas con el resto de la familia.

Fue justamente el dia en que cumplio los veintiuno, que le pidio a su madre que se cambiara y entrara a su cuarto. Queria hablar con ella.

-Mama -le dijo muy serenamente-, he tomado una decision. Voy a viajar...
La madre se paralizo al escuchar a su hijo. Salir del ambito aseptico de su cuarto era poner en riesgo serio su vida. De hecho, la unica vez que habia abandonado el cuarto fue cuando murio su padre, y pese a todas las precauciones, algun virus gripal que llego a su cuerpo casi lo mata.
Durante dos semanas, nadie en el equipo medico que siempre lo atendio, ni el mismo doctor Skoro, podia asegurar que superaria esa crisis.

-Hijo -le dijo por fin-, tu sabes que no puedes hacer eso. Yo daria mi vida y lo sabes, si con eso pudiera regalarte esa posibilidad, pero no es real y lo lamento.

-Fijate, mama -dijo Mark-, tengo veintiun años.Nadie con esta enfermedad ha sobrevivido mas alla de los veintiseis, a pesar de haber tenido iguales o mejores cuidados que yo. Se supone que ,pasado el desarrollo, el higado y el bazo empiezan su deterioro progresivo e irreversible. Yo no quiero morirme, mama. Pero menos quiero abandonar este mundo sin haber visto la mona lisa. No quiero morirme sin haber pisado nunca las arenas de una playa o sin bañarme en el mar aunque sea una vez. No quiero pasar para siempre sin visitar a la tia Gertrude y conocer su rancho en California. No voy a morirme, mama, sin haberte abrazado sintiendo mi mejilla contra la tuya, sin nada en el medio, aunque sea una vez mas.
La madre lloraba, pero le contesto:
-La ciencia avanza Mark. Quizas en unos años, lo que hasta ahora es incurable se solucione o se resuelva. Espera un poco,hijo...

-Estoy dispuesto a escuchar al doctor Skoro -dijo Mark-, si el dice que hay algo nuevo, si me da una alternativa, si tiene algun dato que yo desconozco, revisare mi posicion. Pero si no es asi, mama, te lo digo desde ahora: yo voy a salir de esta burbuja y me gustaria ir a europa contigo, y a la playa y a la granja de tu hermana. No obstante, si no quieres ser mi complice, yo lo puede entender y lo hare de todas maneras, aunque sea solo.
El doctor Skoro tampoco estaba de acuerdo con la decision. Le dijo que exponerse al exterior significaria sobrevivir seis meses, quizas ocho, pero no mucho mas. No obstante no estaba dispuesto a mentir, de novedades no tenia nada.

Ante la decision irrevocable de Mark, la madre decidio acompañarlo en su aventura final

Casi un mes despues, los dos se maravillaban contemplando en vivo, las esculturas del Louvre, las pinturas del museo del prado, las ruinas de grecia y las fuentes de roma.

De alli volaron a California, Mark decia que no tenia demasiado tiempo y habia mucho por hacer. La familia estuvo encantada de acompañar al joven en su primera cabalgata, de enseñarle a ordeñar una vaca y de compartir con la madre y el hijo el dia que Mark lloro de emocion ante la inmensidad del mar.

Habian estado cuatro meses fuera de casa cuando unas lineas de temperatura empañaron la alegria de todos. La madre le pidio a Mark que volvieran a la ciudad a vsitar al doctor Skoro y asi lo hicieron.

Los analisis no mostraban nada que no fuera previsible. Un resfriado no era una complicacion para nadie que no tuviera una inmunodeficiencia, pero en Mark significaba un cuidado extremo. El equipo medico recomendo volver al confinamiento plastico, pero Mark se nego. Los medicos solo pudieron arrancar del paciente su palabra de que haria reposo en casa por unas semanas.

Fueron dias de mucha angustia para la madre de Mark, que se preguntaba si no se habia equivocado. ¿Tendria que haberse opuesto con mas firmeza? Quizas el planteamiento era un farol y sin la compañia de su madre Mark no se hubiera atrevido a dar el paso que ahora lo amenazaba con ser su ultima voluntad.

-Mama -llamo su hijo desde la cama.
-Aqui estoy, hijo, ¿que necesitas?
-Abrazame -Le pidio y mientras pegaba su mejilla a la de ella le dijo, como si hubiera leido sus pensamientos-. Te agradezco mucho, mama. Yo se cuanto te debe haber costado aceptar mi decision, pero tu respeto por mi solo se puede comparar con el amor con el que siempre me cuidaste.
-Quiza debi insistirte para que te quedaras...
-Lo hiciste, mama...Me hubiera dado igual, aunque claro, no lo hubiera disfrutado tanto -dijo Mark sonriendo.

En dos semanas de reposo y cuidados maternales la medicacion hizo efecto y el peligro paso. Mark se levanto de la cama, primero con permiso para deambular por la casa y despues para dar pequeños paseos por la ciudad.

Una de sus primeras salidas fue al enorme centro comercial cercano a su casa. Pretendia comprar unos libros sobre Israel y Egipto, sus siguientes destinos, segun le dijo a su madre.
Al pasar por la tienda de discos se le ocurrio que las musica de esos lugares debia de ser una excelente puerta de entrada a su geografia, y al entrar, la vio.

Era una jovencita de unos veinte años, con el pelo lleno de rizos, la piel morena y unos increibles ojos verdes que a Mark le parecian que brillaban a la distancia. Atraido como por un iman se acerco hacia ella y se quedo pasmado mirandola.
Despues de unos segundos la chica le pregunto:

-¿Te puedo ayudar?

Y el penso en decirle: "Si,vamos a tomar un refresco. Salgamos a pasear. Dejame mirarte unas horas. Cuentame algo de ti..."

Pero no pudo. Se le hizo un nudo en la garganta y tragando saliva solo dijo:

-Quiero este CD -cogiendo el primero que salto a sus dedos y entregandoselo a la vendedora sin verlo siquiera.

Ella sonrio tomando el CD y pregunto:
-¿Algo mas?

Mark tambien perdio esa segunda oportunidad y solo nego con la cabeza. El nudo ya no le permitia hablar.

La jovencita todavia pregunto:
-¿Es para regalar?
-No, es para mi.
-¿Quieres que te lo envuelva para regalo de todas maneras?
-Ssssi -dijo el muchacho con un hilo de voz, dandose cuenta de que envolverlo llevaria un poco mas de tiempo. A lo mejor en esos minutos...
Mientras ella envolvia la caja del CD, Mark pensaba todo lo que podria decirle, pero tambien supo que no se iba a atrever.
Al salir su madre le pregunto si habia encontrado lo que buscaba y Mark le contesto con un enigmatico: "Si. Supongo que si".

Cuando llegaron a casa le conto a su madre todo el episodio y se maldijo frente a ella por no haberse atrevido a decirle nada. La madre lo tranquilizo diciendole que podria volver a la tienda la semana proxima y tener el coraje de invitarla o pedirle su telefono para poder llamarla. El joven acepto que su madre una vez mas tenia razon. Podia volver pero no en una semana sino al dia siguiente.

Esta vez, removio algunos estantes haciendo que buscaba algo extraño para darse la oportunidad de mirarla. La vio aun mas hermosa que el dia anterior. Al aproximarse,ella parecio reconocerlo, porque con una sonrisa se le acerco y le dijo:

-hola...¿Te puedo ayudar?

Mark sintio que se ponia rojo y eso le avergonzo. Tosio, trago saliva otra vez y finalmente dijo:
-Este CD.

-Otro regalo...¿para ti? -dijo la joven mientras Mark descubria un pin con su nombre... Jennifer y se alegraba de pensar que lo recordaba.
-Si por favor...-Contesto embelesado. Otra vez, la ceremonia de contemplar la espalda de la joven mientras manipulaba el papel y el moño del envoltorio. Otra vez el infinitesimo roce con sus dedos al darle la tarjeta de credito. Otra vez, el fugaz encuentro de sus miradas, y sobre todo, otra vez, su silencio forzado por la timidez y la verguenza.

Asi,d os o tres veces cada semana, Mark siguio yendo a la casa de discos, cada vez pensando que se atreveria a hablarle, pero terminando con la compra de un CD, que una vez envuelto con coloridos papeles y cada vez mas vistosos moños,l legaba a la casa y era guardado en el armario del cuarto como simbolo de su falta de coraje.

Hasta que un dia el joven tomo la decision. Esta vez hablaria con ella, correria el riesgo, se atreveria a vivir su rechazo, despues de todo, como decia su madre, no habia nada para perder y mucho para ganar. Mark no se habia estado sintiendo bien. Unas lineas de fiebre parecian decir que algun nuevo"bichito"estaba molestando por ahi. El lunes iria a visitar al doctor Skoro.

Como todos los sabados, el centro comercial hervia de gente. Mark paseo sin rumbo esperando que fuera ultima hora y luego, cuando todos empezaban a irse, entro en la casa de discos y encaro directo hacia donde estaba Jennifer. Ella lo vio venir y sonrio.

-Quisiera...-Empezo.

-¿Si? -dijo ella.

-Quisiera... este CD -dijo una vez mas con una caja desconocida en la mano.

-Claro -dijo Jennifer.

Y sin preguntar fue hacia el sector de empaque a embalarlo para regalo. Mark se maldijo en silencio. Pero antes de que Jennifer se girara a entregarle su CD, el se atrevio a hacer algo. Tomo el talonario de las facturas que llevaba el nombre de la joven y escribio sin que ella lo notara: "Hola mi nombre es Mark. Vivo aqui. Me encantaria que tomaramos un refresco y charlaramos. Este es mi numero:298-345688".
Y despues de escribir cerro el talonario y termino de pagar, saliendo como si nada hubiese pasado.

El lunes sono el telefono en casa del muchacho.
La madre lo cogio.

-¿Si?

-Hola...Soy Jennifer.¿podria hablar con Mark,por favor?

Se hizo un largo silencio en la linea, hasta que la madre recupero el aliento para contestar.

-Lo siento Jenny... Mark murio ayer.

Posiblemente porque no hubo otra venta ese dia, o porque los domingos Jennifer tenia fiesta, el caso es que ella habia encontrado la nota de Mark cuando era tarde.
La madre colgo el telefono llorando, y sin ninguna razon fue hasta el dormitorio, ahora vacio para siempre, de su hijo.
Abrio el armario y miro la pila de CD´s sin abrir en el primer estante. Por curiosidad o automaticamente abrio el primero de abajo para ver que contenia. El CD tenia pegada una nota que decia:

"Hola.Soy Jennifer.Soy nueva en la ciudad.
No tengo ningun amigo, ¿Quisieras tomar algo conmigo...?"

La madre abrio los demas CD´s.
Cada uno llevaba pegada la nota, que a espaldas de Mark, Jenny habia escrito y dejado oculta por el envoltorio. Posiblemente con el mismo miedo al rechazo que su hijo. Seguramente sin atreverse tampoco a correr el riesgo.

"Tienes unos hermosos ojos y una mirada triste,
¿no quieres que nos encontremos para charlar?"

"Me llamo Jennifer y tengo verdadero deseo de conocerte..."

"Hola...Soy Jennifer...¿No quieres ser mi amigo...?"


Triste, pero aleccionador.

martes, 26 de enero de 2010

Siembras y cosechas

"En un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo Eliahu de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras.
Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a Eliahu transpirando, mientras parecía cavar en la arena.

-Que tal anciano? La paz sea contigo.

- Contigo -contestó Eliahu sin dejar su tarea.

-¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos?

-Siembro -contestó el viejo.

-Qué siembras aquí, Eliahu?

-Dátiles -respondió Eliahu mientras señalaba a su alrededor el palmar.

-¡Dátiles!! -repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez.

-El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de licor.

- No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos...

-Dime, amigo: ¿cuántos años tienes?

-No sé... sesenta, setenta, ochenta, no sé.. lo he olvidado... pero eso, ¿qué importa?

-Mira, amigo, los datileros tardan más de cincuenta años en crecer y recién después de ser palmeras adultas están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojalá vivas hasta los ciento un años, pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. Deja eso y ven conmigo.

-Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar esos dátiles. Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto... y aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea.

-Me has dado una gran lección, Eliahu, déjame que te pague con una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me diste - y diciendo esto, Hakim le puso en la mano al viejo una bolsa de cuero.

-Te agradezco tus monedas, amigo. Ya ves, a veces pasa esto: tu me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara. Parecía cierto y sin embargo, mira, todavía no termino de sembrar y ya coseché una bolsa de monedas y la gratitud de un amigo.

-Tu sabiduría me asombra, anciano. Esta es la segunda gran lección que me das hoy y es quizás más importante que la primera. Déjame pues que pague también esta lección con otra bolsa de monedas.

-Y a veces pasa esto -siguió el anciano y extendió la mano mirando las dos bolsas de monedas-: sembré para no cosechar y antes de terminar de sembrar ya coseché no solo una, sino dos veces.

-Ya basta, viejo, no sigas hablando. Si sigues enseñándome cosas tengo miedo de que no me alcance toda mi fortuna para pagarte..." (Jorge Bucay)


La siembras futuras, no solo garantizan una cosecha a nuestros descendientes, si no que en muchas más ocasiones de la que creemos nos reportan grandes frutos por las situaciones colaterales que ocasionan. Quien siembra, de una manera o de otra, siempre va a cosechar.
Es importantisimo tener una mente despierta y no una visión "de tunel". El manifestar actitudes generosas siempre enriquecen a la persona.

lunes, 25 de enero de 2010

La Tristeza



Uno de los sentimientos mas limitadores es la tristeza. Debemos estar listos para enfrentarnos a ella y no perder de vista, que por muchos pesares que nos opriman, siempre hay algo por la que vivir, ilusionarse, luchar, sonreir... Aquí va una historia en la cual posiblemente muchas personas se verán reflejadas...



"Había una vez, una triste muchacha que miraba melancólica el fondo del acantilado en el que se reflejaba su tristeza, el amor añorado, la incomprensión del mundo que la rodeaba. Bajo un cielo gris que acompañaba su tristeza, dejaba atrás un mundo lleno de esperanzas, de alegría y de amor, se sentía utilizada, desvalida, estaba ya harta. Había enseñado sus cartas, había enseñado a los demás lo que escondía en lo mas profundo de su ser, había desnudado su amor, su ternura, su sensualidad, su bondad, su esperanza, no podía mirar mas atrás porque se sentía desnuda y utilizada por quienes conocen su interioridad mostrada sin tapujos. No quería volver la vista atrás, quería cambiar, ser mas fuerte ante los demás, quería evitar que su bondad y su ternura la traicionasen en un mundo hostil, incomprensivo e interesado que la rodeaba. No se daba cuenta que a la oscura noche le sigue el aterciopelado manto del amanecer y la calida luz del nuevo día que esta por llegar, que al triste gris de los nubarrones y la lluvia le sigue la claridad y el aroma del ozono lleno de vida evaporándose de la tierra feliz por haber sido alimentada.
En el fondo del acantilado rompían las olas contra las rocas llenas de furia, destruyendo la vida que encontraban a su paso. Pero atrás, a sus espaldas, se oía lejano el jolgorio de la vida, el suave aletear de la abeja posándose sobre la bella flor para absorber su néctar y llevar tras de si el polen de la vida a otro lugar en el que seria bien recibido y como muestra de su agradecimiento la próxima vez que volviera la deleitaría con otra bella flor, radiante y hermosa, con mas néctar jugoso y sabroso. La abeja lo sabía y vio de lejos a esa triste muchacha al borde del acantilado, pensativa, perpleja, triste. Se acerco a ella, se mostró insistente entre sus preciosos ojos que emitían el triste brillo que precede a una lágrima. Ante su molesta insistencia la joven por un momento dejo su mente en blanco ante la insolente insistencia de la abeja y por un momento fue como si la mente del pequeño insecto se interconectase con la suya. Volvió a escuchar tras de si el regurgitante sonido de la vida, el eco de las risas de la gente, la fiesta en la aldea y a lo lejos vio como el brillante sol resurgía esplendoroso detrás de las nubes en todo lo alto y borraba la sombría apariencia de la tormenta, se levanto y volvió tras de si, dejando atrás el acantilado y el sonido estremecedor de las furiosas olas al estampar contra las rocas. Se dirigió con paso firme y cabeza erguida hacia la aldea, llena de vida y de fiesta, decidida a seguir siendo como era, con sus pros y sus contras, a seguir aprendiendo de la vida y como andar por ella, pero nunca, nunca, volvería a arrepentirse de su bondad, de su sensibilidad, de su dulzura ni de su amor. Al penetrar por sus calles vio a un joven que intuitivamente la miro, resplandecía una luz de el como un aura, muy similar a la suya, se cruzaron, pero aun siguiendo caminos opuestos sus miradas se seguían manteniendo, quedaba el resto del día para seguirse conociendo."

Nuestro valor

La valoración que uno hace de si mismo debe llevarse a cabo siempre desde la consciencia, ecuanimidad y serenidad. No debemos estar pendientes de las valoraciones externas, pues no siempre van a ser acertadas. Mejor dicho, casi nunca serán acertadas.
La vida de una persona es tan compleja, tiene tantos matices y circunstancias que hace casi imposible hacer una valoración justa. Debemos ser cada uno de nosotros quienes nos valoremos justamente, sin caer en adulaciones ni en infravaloracion.

"Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?"
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después...- y haciendo una pausa agregó Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
-E...encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
-Bien-asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió.
Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.
Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.
Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.
Entró en la habitación.
-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
-Que importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar.
El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
-¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.
-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... si la venta es urgente...
El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda."


Debemos ser nosotros quienes descubramos nuestro verdadero valor y no esperar que alguien venga a hacerlo.

domingo, 24 de enero de 2010

La Honestidad

La vida puede darnos vivencias muy diversas, unas positivas y otras negativas, unas felices y otras tristes. Lo fundamental para afrontar estas situaciones es no perder nuestros principios, ser honestos, con nosotros mismos y con los demás. Solo así podremos dar lo mejor de nosotros mismos, solo así conseguiremos el equilibrio necesario para lograr nuestra madurez.

"Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, él debía casarse. Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío. Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe. Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó:
- "¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura"-
Y la hija respondió: - "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz"-
Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío: "Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura emperatriz de China".
La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres, amistades, relaciones, etc. El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado. Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.
En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella. Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa. Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el príncipe explicó:
- "Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles""

sábado, 23 de enero de 2010

EL PESCADOR Y EL EJECUTIVO






"En cierta ocasión iba un ejecutivo paseando por una bonita playa vestido con sus bermudas (de marca), sus gafas de sol (también con marca muy visible), su polo (con mucha marca), su gorra (con marca destacada), su reloj (de marca y carísimo), su calzado deportivo (donde todo era marca), su móvil colgado de la cintura (el móvil con marca y la bolsa en la que colgaba, también) y su gomina en el pelo ( sin marca, pero tan abundante que uno podía adivinarla).

Eran las dos del mediodía cuando se encontró con un pescador que felizmente recogía sus redes llenas de pescado y amarraba su pequeña barca. El ejecutivo se le acercó…
- ¡Ejem! Perdone, pero le he visto llegar con el barco y descargar el pescado… ¿No es muy temprano para volver de faenar?
El pescador le miró de reojo y, sonriendo mientras recogía sus redes, le dijo:
- ¿Temprano? ¿Por qué lo dices? De hecho yo ya he terminado mi jornada de trabajo y he pescado lo que necesito.
- ¿Ya ha terminado hoy de trabajar? ¿A las dos de la tarde? ¿Cómo es eso posible? – dijo incrédulo, el ejecutivo.
El pescador, sorprendido por la pregunta, le respondió:
-Mire, yo me levanto por la mañana a eso de las nueve, desayuno con mi mujer y mis hijos, luego les acompaño al colegio, y a eso de las diez me subo a mi barca, salgo a pescar, faeno durante cuatro horas y a las dos estoy de vuelta. Con lo que obtengo en esas cuatro horas tengo suficiente para que vivamos mi familia y yo, sin holguras, pero felizmente. Luego voy a casa, como tranquilamente, hago la siesta, voy a recoger a los niños al colegio con mi mujer, paseamos y conversamos con los amigos, volvemos a casa, cenamos y nos metemos en la cama, felices.
El ejecutivo intervino llevado por una irrefrenable necesidad de hacer de consultor del pescador:
- Verá, si me lo permite, le diré que está usted cometiendo una grave error en la gestión de su negocio y que el “coste de oportunidad” que está pagando es, sin duda, excesivamente alto; está usted renunciando a un pay-back impresionante. ¡Su BAIT podría ser mucho mayor! Y su “umbral de máxima competencia” seguro que está muy lejos de ser alcanzado.
El pescador se lo miraba con cara de circunstancias, mostrando una sonrisa socarrona y sin entender exactamente adónde quería llegar aquel hombre de treinta y pico años ni por qué de repente utilizaba palabras que no había oído en su vida. Y el ejecutivo siguió:
- Podría sacar muchísimo más rendimiento de su barco si trabajara más horas, por ejemplo, de ocho de la mañana a diez de la noche.
El pescador entonces se encogió de hombros y le dijo:
- Y eso, ¿para qué?
- ¡¿Cómo que para qué?! ¡Obtendría por lo menos el triple de pescado! ¡¿O es que no ha oído hablar de las economías de escala, del rendimiento marginal creciente, de las curvas de productividad ascendentes?! En fin, quiero decir que con los ingresos obtenidos por tal cantidad de pescado, pronto, en menos de un año, podría comprar otro barco mucho más grande y contratar un patrón…
El pescador volvió a intervenir:
- ¿Otro barco? ¿Y para qué quiero otro barco y además un patrón?
- ¿Que para qué lo quiere? ¡¿No lo ve?! ¿No se da cuenta de que con la suma de los dos barcos y doce horas de pesca por barco podría comprar otros dos barcos más en un plazo de tiempo relativamente corto? ¡Quizá dentro de dos años ya tendría cuatro barcos, mucho más pescado cada día y mucho más dinero obtenido en las ventas de su pesca diaria!
Y el pescador volvió a preguntar:
- Pero todo eso, ¿para qué?
- ¡Hombre! ¡¿Pero está ciego o qué?! Porque entonces, en el plazo de unos veinte años y reinvirtiendo todo lo obtenido, tendría una flota de unos ochenta barcos, repito, ¡ochenta barcos! ¡Qué además serían diez veces más grandes que la barcucha que tiene actualmente!
Y de nuevo, riendo a carcajadas, el pescador volvió:
- ¿Y para qué quiero yo todo eso?
Y el ejecutivo, desconcertado por la pregunta y gesticulando exageradamente, le dijo:
- ¡Cómo se nota que usted no tiene visión empresarial ni estratégica ni nada de nada! ¿No se da cuenta de que con todos esos barcos tendría suficiente patrimonio y tranquilidad económica como para levantarse tranquilamente por la mañana a eso de las nueve, desayunar con su mujer e hijos, llevarlos al colegio, salir a pescar por placer a eso de las diez y sólo durante cuatro horas, volver a comer a casa, hacer la siesta,…?
El pescador respondió:
- ¿Y eso no es todo lo que tengo ahora?"


En ocasiones gastamos nuestro tiempo buscando aquello que, sin darnos cuenta, ya tenemos. Tendríamos que hacernos la siguiente pregunta ¿Qué necesito para ser feliz? Igual nos llevamos la sorpresa de que ya lo tenemos... y no somos conscientes de ello.

viernes, 22 de enero de 2010

El fracaso buscado

En muchas ocasiones somos nosotros mismos los que, de alguna manera, nos predisponemos al éxito o al fracaso. El ser demasiado permeable, el no tener convicciones claras, suelen ser malas compañeras de viaje.

"Había una vez un ciudadano que vivía al lado de una carretera donde vendía unas ricas albóndigas con pan. Estaba muy ocupado y por lo tanto no oía la radio, no leía los periódicos, ni veía la televisión.

Alquiló un trozo de terreno, colocó una gran valla y anunció su mercancía gritando a todo pulmón: "Compren deliciosas albóndigas calientes". Y la gente se las compraba.

Aumentó la adquisición de pan y carne. Compró un terreno más grande para poder ocuparse mejor de su negocio. Y trabajó tanto que dispuso que su hijo dejara la Universidad donde estudiaba Ciencias Comerciales a fin de que le ayudara.

Sin embargo, ocurrió algo importante. Su hijo le dijo:

-"Padre, ¿pero no escuchas la radio, ni lees los periódicos? Estamos sufriendo una grave crísis. La situación es realmente mala; peor no podría estar".

El padre pensó: "Mi hijo estudia en la Universidad, lee la prensa, ve la televisión y escucha la radio. Sabe entonces lo que dice".

Compró pues menos pan y menos carne. Sacó la valla anunciadora, dejó el alquiler del terreno a fin de eliminar los gastos y ya no anunció sus ricas albóndigas con pan. Y las ventas fueron disminuyendo cada día más.

Después de un tiempo, el negocio estaba realmente afectado

-"Tenías razón hijo mío", le dijo al muchacho. "Verdaderamente estamos sufriendo una gran crisis"."


El mantener un criterio ecuánime debe ser nuestra principal herramienta frente a este tipo de situaciones. No dejarse llevar por primeras impresiones, por "fogonazos" emotivos...

jueves, 21 de enero de 2010

Las propiedades

"Un viajero que iba en busca del saber llego a casa de un famoso sabio. Al entrar en le hogar del anciano, observo que estaba prácticamente vacía, habiendo solamente un catre, una silla y una mesa.
Tras realizar su consulta y dándose por satisfecho, no puedo resistir la tentación y pregunto al hombre:
- ¿Puede saberse donde están sus muebles, ropas...?
A lo que el sabio respondio:
- ¿Y las suyas?
- Las mias se encuentran en otra ciudad, yo aquí solo estoy de paso.
El anciano lo miro con una sonrisa y le dijo:
- Yo también estoy aquí de paso."

En muchas ocasiones el apego a las cosas materiales es el origen del mayor de los sufrimientos. Todo debemos ser conscientes de que dar mayor importancia a lo material y a las posesiones, que antes o después nos van a abandonar (o abandonaremos) es un error, pues como se deduce de las palabras del sabio "estamos de paso" y por tanto todo es temporal

El día que trataron de acabar con el amor

Hubo una vez en la historia del mundo, un día terrible en el que el odio, que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes convocó a una reunión urgente con todos ellos.

Todos los sentimientos negros del mundo y los deseos mas perversos del corazón humano llegaron a esta reunión con curiosidad de saber cual era el propósito.

Cuando estuvieron todos hablo el Odio y dijo: “los he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien".

Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio que estaba hablando y el siempre quiere matar a alguien, sin embargo todos se preguntaban entre si quien seria tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos.

Quiero que maten al "Amor", dijo. Muchos sonrieron malévolamente pues más que uno le tenía ganas.

El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo: "Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto, provocare tal discordia y rabia que no lo soportara". Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el reporte del Mal Carácter quedaron tan decepcionados. Lo siento, lo intente todo pero cada vez que yo sembraba una discordia, el Amor la superaba y salía adelante.

Fue entonces cuando muy diligente se ofreció la Ambición que haciendo alarde de su poder y dijo: "En vista de que El Mal Carácter fracaso, iré yo. Desviaré la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y por el poder. Eso nunca lo ignorará. Y empezó la ambición el ataque hacia su víctima quien, efectivamente cayo herida pero después de luchar por salir adelante renuncio a todo deseo desbordado de poder y triunfó de nuevo.

Furioso el Odio, por el fracaso de la Ambición envío a los Celos, quienes burlones y perversos inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar el amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas. Pero el Amor confundido lloró, y pensó, que no quería morir y con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos y los venció.

Año tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros, envío a la Frialdad, al Egoísmo, La Indiferencia, la Pobreza, La Enfermedad y a muchos otros que fracasaron siempre porque cuando el Amor se sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerza y todo lo superaba.

El Odio convencido de que el Amor era invencible les dijo a los demás: "Nada que hacer. El Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo logramos. De pronto de un rincón del salón se levanto un sentimiento poco conocido y que vestía todo de negro y con un sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo dejaba ver, su aspecto era fúnebre como el de la muerte: "Yo matare el Amor", dijo con seguridad.

Todos se preguntaron quien era ese que pretendía hacer solo, lo que ninguno había podido. El Odio dijo, "ve y hazlo".

Tan solo había pasado algún tiempo cuando el Odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles después de mucho esperar por fin EL AMOR HABIA MUERTO.

Todos estaban felices pero sorprendidos. Entonces el sentimiento del sombrero negro habló: "Ahí les entrego el Amor totalmente muerto y destrozado" y sin decir más se marchó.

"Espera" dijo el Odio, "en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir. ¿¿Quien eres??"

El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo:

"SOY LA RUTINA".


Son muchas las amenazas que intentan minar el desarrollo del amor... pero sin lugar a dudas no hay otro peor que la rutina, el tedio, la falta de la emoción por el día a día. Todos los demás pueden ser muy dolorosos pero se pueden superar. La rutina se trata de una muerte lenta, silenciosa, invisible... pero tan eficaz como el más mortal de los venenos. El amor hay que cultivarlo, incentivarlo, desarrollarlo, explorarlo, sorprenderlo, elogiarlo, alimentarlo... día a día, pues esa el la única vacuna contra su peor enemigo: la rutina.



miércoles, 20 de enero de 2010

El viajero

"Un viajero cargaba un saco pesado bajo el cual se esforzaba y se quejaba sin cesar. De nadie podía obtener ayuda y consuelo. Caminaba despacio, gimiendo bajo su carga, cuando se le acercó un ángel y le preguntó: "Hermano, ¿Qué llevas ahí?" Áquel respondió refunfuñando: "Mis zozobras..." El ángel sonrío compasivamente y le dijo: "Veamos tu carga y examinémos tus zozobras" Así lo hicieron, pero, he aquí el saco estaba vacío. "En verdad, dijo el viajero, había en él dos cargas demasiado pesadas para ser soportadas por mortal alguno; pero había olvidado que uno era de ayer y se fue" "¿Y, la otra...?" Preguntó el ángel. "La otra era de mañana y no ha llegado aún..." Se sonrió el ángel con infinita compasión y le dijo: "El hombre se dobla bajo el peso de las zozobras de ayer y de mañana... El que se afana sólo por las cosas de hoy no necesita saco para ellas. Si tú quieres echar a un lado esa cosa negra y dedicar todo tu valor, fuerzas y regocijo a las actuales, nunca te agobiará una verdadera desdicha". El hombre siguió su consejo y se puso en marcha. Al regresar de su destino anochecía y terminó su viaje risueño y regocijado."
¿En cuantas ocasiones por estar atrapado en el pasado o pensando en el futuro nos olvidamos del presente?
No olvidemos que solo tenemos presente... sobre el pasado nada puedo hacer ya... y sobre el futuro ni siquiera se si devendrá...
Hemos de ser conscientes del aquí y el ahora, utilizando el pasado para aprender y el fururo para activarnos, pero todo ello sin perder de vista el presente, siendo consciente de que me pasa aquí y ahora.

martes, 19 de enero de 2010

AVE FENIX


En el jardín del Paraíso, bajo el árbol de la sabiduría, crecía un rosal. En su primera rosa nació un pájaro; su vuelo era como un rayo de luz, magníficos sus colores, arrobador su canto.
Pero cuando Eva cogió el fruto de la ciencia del bien y del mal, y cuando ella y Adán fueron arrojados del Paraíso, de la flamígera espada del ángel cayó una chispa en el nido del pájaro y le prendió fuego. El animalito murió abrasado, pero del rojo huevo salió volando otra ave, única y siempre la misma: el Ave Fénix. Cuenta la leyenda que anida en Arabia, y que cada cien años se da la muerte abrasándose en su propio nido; y que del rojo huevo sale una nueva ave Fénix, la única en el mundo.
El pájaro vuela en torno a nosotros, rauda como la luz, espléndida de colores, magnífica en su canto. Cuando la madre está sentada junto a la cuna del hijo, el ave se acerca a la almohada y, desplegando las alas, traza una aureola alrededor de la cabeza del niño. Vuela por el sobrio y humilde aposento, y hay resplandor de sol en él, y sobre la pobre cómoda exhalan, su perfume unas violetas.
Pero el Ave Fénix no es sólo el ave de Arabia; aletea también a los resplandores de la aurora boreal sobre las heladas llanuras de Laponia, y salta entre las flores amarillas durante el breve verano de Groenlandia. Bajo las rocas cupríferas de Falun, en las minas de carbón de Inglaterra, vuela como polilla espolvoreada sobre el devocionario en las manos del piadoso trabajador. En la hoja de loto se desliza por las aguas sagradas del Ganges, y los ojos de la doncella hindú se iluminan al verla.
¡Ave Fénix! ¿No la conoces? ¿El ave del Paraíso, el cisne santo de la canción? Iba en el carro de Thespis en forma de cuervo parlanchín, agitando las alas pintadas de negro; el arpa del cantor de Islandia era pulsada por el rojo pico sonoro del cisne; posada sobre el hombro de Shakespeare, adoptaba la figura del cuervo de Odin y le susurraba al oído: ¡Inmortalidad! Cuando la fiesta de los cantores, revoloteaba en la sala del concurso de la Wartburg.
¡Ave Fénix! ¿No la conoces? Te cantó la Marsellesa, y tú besaste la pluma que se desprendió de su ala; vino en todo el esplendor paradisíaco, y tú le volviste tal vez la espalda para contemplar el gorrión que tenía espuma dorada en las alas.
¡El Ave del Paraíso! Rejuvenecida cada siglo, nacida entre las llamas, entre las llamas muertas; tu imagen, enmarcada en oro, cuelga en las salas de los ricos; tú misma vuelas con frecuencia a la ventura, solitaria, hecha sólo leyenda: el Ave Fénix de Arabia.
En el jardín del Paraíso, cuando naciste en el seno de la primera rosa bajo el árbol de la sabiduría, Dios te besó y te dio tu nombre verdadero: ¡poesía!
(H.C.Andersen)

Nuestros limites...

Un cuento de Jorge Bucay, muy ilustrativo de lo que suelen ser los "limites" y "obstáculos" que nosotros mismos nos creamos.

"Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enrome bestia hacia despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas clavada a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía 5 o 6 años yo todavía en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: -Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su
esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez..".

Sin lugar a duda, en la constancia y perseverancia esta la clave del éxito. El que hoy no haya podido superar con éxito una prueba, no quiere decir que mañana vaya a ser así. Las personas evolución, se hacen más ricas en conocimientos... El "yo" de hace unas semanas, no es el "yo" de hoy... Perseverancia. Si nos lo proponemos, antes o después, pasaremos de "elefantito" a "elefante".

lunes, 18 de enero de 2010

Pobreza y Riqueza

Una vez, un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a un viaje por el campo, con el firme propósito de que viera cuan pobre era la gente del campo que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos.
Estuvieron por espacio de un día y una noche completos en la granja de una familia campesina muy humilde.
Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunta a su hijo:
- ¿ Que te pareció el viaje?
- !!Muy lindo papá!!
- ¿Viste que tan pobre y necesitada puede ser la gente?
- ¡ Si ¡
- ¿Y que aprendiste?
- Vi que nosotros tenemos un perro en casa, y ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, ellos tienen miles de estrellas. Nuestro patio llega hasta el limite de la casa, el de ellos tiene todo el horizonte. Especialmente papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo y rara es la vez que charlan conmigo.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo...y su hijo agregó:
- Gracias papá, por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser.


Y ahora yo os pregunto ¿En que consiste la riqueza? Es una pregunta que lanzo al aire y que merece una reflexión. En demasiadas ocasiones los puntos de referencia que marcan nuestras vidas estan demasiado distorsionados por referencias y mensajes del entorno social en el que nos movemos...


sábado, 16 de enero de 2010

Las Dificultades



En la selva vivían tres leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión:

Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero para una gran duda en la selva: existen tres leones y los tres son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?
Los leones supieron de la reunión y comentaron entre si: -Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener tres reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos... Necesitamos saber cual será el elegido, pero ¿Cómo descubrirlo?.
Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, le comunicaron a los tres leones la decisión tomada: Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que ustedes tres van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey.
La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.
El primer león intentó escalar y no pudo llegar.
El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado.
El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.
Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey?
En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra: ¡Yo sé quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.
¿Cómo?, Preguntaron todos. Es simple... dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña.
El primer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El segundo león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El tercer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido, por ahora! Pero ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo.
La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: él es el rey de si mismo, y está preparado para ser rey de los demás.
Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer león que fue coronado. El Rey de los Animales.


No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o situaciones que tengas. Tus problemas, por lo menos la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no tú. Tú todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos.
Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia.
La Montaña de las Dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. !Tu todavía estas creciendo!

jueves, 14 de enero de 2010

El Amor



Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del consejero de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu....
-Nos amamos...- empezó el jóven -Y nos vamos a casar....- dijo ella. -Y nos queremos tanto que tenemos miedo, queremos un hechizo, un conjuro, o un talismán, algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos, que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte. -Por favor- repitieron - ¿hay algo que podamos hacer? El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes, tan enamorados y tan anhelantes esperando su palabra. -Hay algo -dijo el viejo- pero no sé...es una tarea muy difícil y sacrificada. -Nube Azul -dijo el brujo- ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte, si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena ¿comprendiste? -Y tú, Toro Bravo -siguió el brujo- deberás escalar la montaña del trueno, cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Azul. Salgan ahora! Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte y él hacia el sur. El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas. El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas, eran verdaderamente hermosos ejemplares... -Y ahora qué haremos...-preguntó el jóven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre? -No - dijo el viejo. -¿Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne?- propuso la joven. -No -repitió el viejo. -Harán lo que les digo: tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con esta tiras de cuero, cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres. El guerrero y la jóven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros, el águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse por el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse. Este es el conjuro: Jamás olviden lo que han visto, son ustedes como un águila y un halcón, si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse el uno al otro. Si quieren que el amor entre ustedes perdure "Vuelen juntos...pero jamás atados".

Como dijo León Tolstoy "Solo las personas capaces de amar intensamente pueden sufrir también un gran dolor, pero esta misma necesidad de amar sirve para contrarrestar su dolor y curarles." El amor nunca debe ser la anulación, el sometimiento o la transformación del otro, si no el reconocimiento, la comprensión y la conjungación da ambos seres. Sólo de esta forma el enamoramiento se transformara en amor, y este podrá perdurar en el tiempo. León Tolstoy

miércoles, 13 de enero de 2010

Insolidaridad


El otro día me encontraba paseando por la costanera en mi ciudad con mi mujer mientras iba disfrutando del mar y de unas deliciosas palomitas como también le dicen. De pronto, una niñita de unos cuatros años pasó al lado mío en una bicicleta, se chocó contra un poste de luz u se cayó. Luego de unos instantes se largó a llorar, yo quedé medio inmóvil, era como si me hubiesen despertado un sueño y estás aturdido. Mi mujer enseguida se agachó para ayudarla, luego de eso recién dispuse mi ayuda hasta que llegó el padre de la niña.
¿Cómo pudiste ser tan insensible? , fue la pregunta de mi mujer. En ese momento me di cuenta que había actuado horriblemente al vacilar en ayudar a esa niñita. Venía tan concentrado en mi mundo y el paseo que no desperté ante la necesidad de otra persona. Hasta el día de hoy que sigo avergonzado por el hecho. Pero todo en esta vida sirve y escribo este desagradable incidente por una cuestión: la insensibilidad humana frente a la necesidad de otros. Es algo que observo mucho, pues lleva desde una simple indiferencia hacia nuestro prójimo hasta una espantosa guerra, hambre y pobreza.

Cómo algo tan pequeño produce tanto desastre, esa falta de sensibilidad, solidaridad para llamarlo por su nombre, es lo que nos afecta tanto como sociedad. Y en ese momento me transformé en una de esas tantas personas con una actitud que cualquiera despreciaría.
Espero que para al próxima, yo y ustedes seamos más sensibles y solidarios con los que nos rodean. Que salgamos de nuestro pequeño universo Un abrazo a todos!

Halagos e Insultos

La sociedad actual nos supone, en muchas ocasiones, estar más pendiente del que dirán que de nosotros mismos. Bajo mi punto de vista esto no deja de ser un grave error, pues esta situación nos lleva a un continuo vaivén que en nada favorece nuestro aprendizaje como seres humanos. En tal sentido me viene a la mente un nuevo cuento, que creo que puede ser muy ilustrativo de lo que intento transmitir.

" Era un venerable maestro. En sus ojos había un reconfortante destello de paz permanente. Sólo tenía un discípulo, al que paulatinamente iba impartiendo la enseñanza mística. El cielo se había teñido de una hermosa tonalidad de naranja-oro, cuando el maestro se dirigió al discípulo y le ordenó:
--Querido mío, mi muy querido, acercate al cementerio y, una vez allí, con toda la fuerza de tus pulmones, comienza a gritar toda clase de halagos a los muertos.
El discípulo caminó hasta un cementerio cercano. El silencio era sobrecogedor. Quebró la apacible atmósfera del lugar gritando toda clase de elogios a los muertos. Después regresó junto a su maestro.
--¿Qué te respondieron los muertos? -preguntó el maestro.
--Nada dijeron.
--En ese caso, mi muy querido amigo, vuelve al cementerio y lanza toda suerte de insultos a los muertos.
El discípulo regresó hasta el silente cementerio. A pleno pulmón, comenzó a soltar toda clase de improperios contra los muertos. Después de unos minutos, volvió junto al maestro, que le preguntó al instante:
--¿Qué te han respondido los muertos?
--De nuevo nada dijeron -repuso el discípulo.
Y el maestro concluyó:
--Así debes ser tú: indiferente, como un muerto, a los halagos y a los insultos de los otros."

Ni debemos derrumbarnos cuando alguien dirige sus criticas a nosotros, ya sea persona o acción lo que tomen como diana, ni tampoco debemos crecernos en exceso cuando se trata de halagos. El mantener la ecuanimidad en la valoración de nuestra acciones y de nosotros mismos será siempre prueba de madurez y sabiduría.