Relax

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miércoles, 18 de febrero de 2015

SENTIRSE INFERIOR



 Un samurai, conocido por todos por su nobleza y honestidad, fue a visitar a un monje zen en busca de consejos, No obstante, en cuanto entró en el templo donde el maestro rezaba, se sintió inferior, y concluyó que a pesar de haber pasado toda su vida luchando por la justicia y la paz, no se había ni tan siquiera acercado al estado de gracia del hombre que tenía frente a él.
-¿Por qué me estoy sintiendo tan inferior? – le preguntó, no bien el monje hubo acabado de rezar. – Ya me enfrenté muchas veces con la muerte, defendí a los más débiles, sé que no tengo nada de qué avergonzarme. Sin embargo, al verlo meditando, he sentido que mi vida no tenía la menor importancia.
-Espera. En cuanto haya atendido a todos los que me han buscado hoy, te daré la respuesta.
Durante todo el día el samurai se quedó sentado en el jardín del templo, viendo como las personas entraban y salían en busca de consejos. Vio como el monje atendía a todos con la misma paciencia y la misma sonrisa luminosa en su rostro. Pero su estado de ánimo iba de mal en peor, pues había nacido para actuar, no para esperar. Por la noche, cuando ya todos habían partido, insistió:
-¿Ahora podrá usted enseñarme?
El maestro lo invitó a entrar y lo llevó hasta su habitación. La luna llena brillaba en el cielo y todo el ambiente respiraba una profunda tranquilidad.
-¿Ves esta luna, qué bonita es? Ella cruzará todo el firmamento y mañana el sol volverá a brillar. Solo que la luz del sol es mucho más fuerte y consigue mostrar los detalles del paisaje que tenemos a nuestra frente; árboles, montañas, nubes. He contemplado a los dos durante años, y nunca escuché a la luna decir “¿Por qué no tengo el mismo brillo que el sol? ¿es que quizás soy inferior a él?”
-Claro que no, -respondió el samurai,- la luna y el sol son dos cosas diferentes, y cada uno tiene su propia belleza. No podemos comparar a los dos.
-Entonces, ya sabes la respuesta. Somos dos personas diferentes, cada cual luchando a su manera por aquello que cree, y haciendo lo posible para tornar a este mundo mejor; el resto son solo apariencias.

viernes, 13 de febrero de 2015

EL MAR





Arrojado un náufrago en la orilla, se durmió de fatiga; mas no tardó en despertarse, y al ver al mar, le recriminó por seducir a los hombres con su apariencia tranquila para luego, una vez que los ha embarcado sobre sus aguas, enfurecerse y hacerles perecer.

Tomó el mar la forma de una mujer y dijo:

- No es a mí sino a los vientos a quienes debes dirigir tus reproches, amigo mío; porque yo soy tal como me ves ahora, y son los vientos los que, lanzándose sobre mí de repente, me encrespan y enfurecen.

jueves, 5 de febrero de 2015

CURACION




Un día, un hombre que estaba muy afligido, decidió ir a ver a  un maestro zen que vivía en un templo en lo profundo de la montaña.
  Al llegar, el hombre este le preguntó:  
-¿Realmente deseas ser curado?  
-Si no fuera así ,¿Crees que me habría molestado en venir desde tan lejos?  
El maestro a su nueva pregunta afirmó:  
-No digo nada extraño pues la mayoría de la gente lo hace. Acuden buscando el alivio pero no la curación que es dolorosa.  
Tras decir esto, se dirigió a sus discípulos y les dijo:  
- Así sufrimos por nuestros apegos y queremos liberarnos del sufrimiento sin soltarlos, es como el que quiere liberarse del dolor del hierro candente que esta en su mano sin soltar este, dejar de sufrir quiere decir dejar de aferrar.

SER UNO MISMO






Un sabio maestro llamado Lin estaba acostado en su lecho de muerte, rodeado por sus discipulos. Lloraba desconsoladamente y nadie lograba confortarlo.
Uno de sus alumnos le pregunto: "Maestro, ¿por qué está llorando? ¡Si usted es casi tan inteligente como el patriarca Abraham y tan bondadoso como el mismo Buda!"
Al escuchar esto, el anciano Lin respondió: "Cuando parta de este mundo a comparecer ante el Tribunal Celestial nadie me cuestionará por qué no fui inteligente como Abraham o bondadoso como Buda. Por el contrario, la pregunta que me harán será: "Lin, ¿por qué no fuiste como Lin? ¿Por qué no ejerciste tu potencial? ¿Por qué no seguiste la trayectoria que era la tuya propia y personal?"

miércoles, 4 de febrero de 2015

DESEO Y RECHAZO




Había un general que estaba en su casa apreciando su colección de antigüedades, cuando de repente casi se le cae un precioso jarrón.
-¡Oh! ¡Qué susto!
Pensó: "Ya he dirigido millares de soldados, enfrentando diversas situaciones de vida o muerte y jamás me atemoricé. ¿Por qué será que hoy por causa de una vasija me asusté de esa manera?”.
Finalmente, él comprendió que el hecho de tener en su mente “deseo y rechazo” era la causa de su miedo. Entonces simplemente arrojó la valiosa vasija y la quebró.

Nota:
Apegarse a las cosas te desarrolla el temor a poder perderlas...