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lunes, 4 de enero de 2010

Los Errores


Los Errores


Muchos son los obstáculos a los que nos tenemos que enfrentar diariamente en pos de conseguir nuestros objetivos, ya sean laborales, personales, sociales...
El tener que enfrentarnos a continuas situaciones hace que en muchas ocasiones tengamos que tomar decisiones, y de esas decisiones, por desgracia, habitualmente surge el error.
Todos cometemos errores a lo largo de nuestra vidas. Son muchas las decisiones y los hechos que nos gustaría cambiar, si pudiéramos. Unas veces por ignorancia, otras veces por orgullo, o simplemente por desatención llevamos a cabo actos que nos suponen un perjuicio directo a nosotros mismos y en demasiadas ocasiones a quienes nos rodean.
Los errores no son otra cosa que lecciones de las cuales debemos tratar de sacar enseñanza. No es que yo preconice el aprendizaje a través del error, pero dado que este es totalmente inevitable, ¿que mejor que intentar extraer lo positivo que se pueda encontrar en ese lance?
En ocasiones los errores se acumulan en nuestra mente, en nuestro subconsciente, siendo una losa que dificilmente os deja progresar, son obstáculos insalvables en nuestro viaje. Esa especie de "remordimiento de conciencia" puede llegar a durar años, y de alguna manera nos limita y condiciona las nuevas decisiones que tenemos que tomar.
Veamos como un error que puede llevarnos a quedar enterrados en la frustración, si se gestiona correctamente puede ser el mejor de nuestros soportes.

En un pequeño pueblecito de las afueras de la capital, había un labriego que cultivaba un pequeño huerto. Para sus tareas diarias se servía de un viejo burro, cojo y con poca vista, pero que era un compañero inseparable para el hombre. Una mañana el burro se soltó de sus ataduras y yendo en busca de alimento cayó en un pozo que había junto a la linde del huerto. El dueño al oír las quejas del animal acudió en su ayuda. Primero intento sacarlo tirando de las correas, después mediante maderas y ramas, finalmente empujándolo... pero todo era inútil, pues el burro estaba encajado y no alcanzaba a llegar al borde del pozo. Viendo la critica situación y que el animal estaba sufriendo, con lágrimas en los ojos decidió sacrificarlo para evitarle mayor agonía. Se dirigió al pueblo y explico la situación a dos familiares, los cuales se mostraron conformes con lo que el labriego había decidido. Se dirigieron al pozo con azadas y palas, con el fin de lanzar tierra sobre el animal y que quedara allí enterrado. El animal al sentir como las piedras y tierra golpeaban su lomo empezó a lamentarse por el dolor que le causaban los impactos, no dejando de sacudirse en su intento por librarse de su situación. Poco a poco, la tierra y piedras iban deslizándose sobre el lomo del animal y cayendo la lecho del pozo de forma que este fue cegándose, y al patalear el animal iba ganando altura. Los hombres, al poco rato se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo y amenazaron a lanzar tierra con mayor energía sobre el animal. Pasado unos momentos este consiguió llegar al borde y salir de su encierro. Gracias a haberse sobrepuesto a la dificultades y sus ganas de vivir había salvado una situación aparentemente imposible.

Tal como se marca en esta historia, si conseguimos ver los errores y obstáculos que nos encontremos en la vida como algo sobre lo que crecer, tendremos muchas más posibilidades de salir victoriosos en nuestros objetivos. Sin por contra, cada piedra que nos cae, cada obstáculo que nos surge en el camino... los vemos como algo definitivo e insalvable, jamás conseguiremos una realización pleno ni la consecución de muchos de nuestros propósitos.

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